Los dispensadores de higiene para lavabos y los dosificadores de higiene para cocinas, edificios y lavanderías deben enviar datos: Cantidad dispensada, nivel de llenado y estado de la energía. Porque nadie quiere encontrarse un dispensador de higiene vacío. Además, los recorridos de servicio deben planificarse y diseñarse de forma eficiente, para poder rellenar el dispensador y sustituir la batería en el momento adecuado. La higiene digital debería convertirse en la norma: todos los dispensadores de higiene sin contacto envían datos cuando salen de fábrica; Hagleitner ha resuelto este reto.

La higiene digital también debe poder utilizarse lo más ampliamente posible, porque las oportunidades son múltiples. La higiene digital debe conectarse en red en consecuencia; se trata de activos en producción, en ventas, en montaje, en servicio; unos se entrelazan con otros. Por eso, Hagleitner integra la higiene digital en las aplicaciones: se puede consultar la información del producto desde la muñeca, descargar la ficha de datos de seguridad, documentar el nivel de existencias y hacer un pedido rápido. Un dispensador puede ubicarse en la habitación y en el edificio desde la muñeca, y se puede asignar su lugar de instalación. Se puede localizar y reparar con un simple movimiento de muñeca. El servicio es interactivo, los informes son digitales.

Los datos no deben ser una opción más, deben darse por entendidos. Estos datos también deben ser accesibles sin una compleja tecnología de red; ni todos los operadores quieren invertir en consecuencia. El propio móvil debería bastar para transferir los datos del dispensador a la nube.

La escasez de mano de obra, el aumento de los costes salariales, las crecientes exigencias de cumplimiento de las normas de higiene y la crisis energética son problemas acuciantes de la actualidad, y numerosas industrias los están sintiendo con fuerza. La eficiencia en las actividades cotidianas es cada vez más necesaria, y la higiene digital contribuye decisivamente a ello. Hagleitner se digitaliza: La higiene debe estar disponible, medirse y documentarse.

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